miércoles, 16 de enero de 2013

Falacia


INTRODUCION
Falacia: esta palabra proviene del latín falacia significa un engaño, fraude, o mentira dentro de la lógica falacia es un argumento de naturaleza mentirosa es que su conclusión llega hacer falsa pero en ocasiones pueden se útiles y persuasivas.
Las falacias en la política por ejemplo en artículos cuando un político dice otra cosa y no ocuparse de la validez si no hacer una crítica moral al interlocutor en el último caso de una falacia buscan evadir el tema es difícil distinguir falacias lógicas ya que nada mas puede ser de acuerdo al texto.
Otro ejemplo de falacias es el recuerdo argumentan verecundia o falacia de autoridad una referencia a una autoridad una referencia a una autoridad siempre puede ser una falacia lógica.
Otra falacia muy usada en entornos políticos es la sofisma populista es una variedad de la falacia verecundia esta consiste en dar opinión propia a la opinión de las de mar eso es que debe ser cierto.
Por definición, razonamientos contienen falacias lógicas no son validas pero pueden ser formulados para ser validas.
También la falacia lógica es un patrón de razonamiento que siempre nos da un argumento incorrecto también suelen aprovecharse de los prejuicios o segos cognitivos son control social control mental, propaganda y lavado de cerebro.
Hay falacias formales en esta se comete un error en la aplicación lógica.
Errores al generalizar casos particulares que son erróneamente su conclusión.
Falacias en la argumentación son recursos dialecticos para engañar otro tipo de falacia formal un argumento es una falacia que debe ser forzosamente falsa.
En pocas palabras una falacia es como una fantasía o mentira que en muchas ocasiones no lo parecen o en otras ocasiones son demasiado odias para ser verdad en muchos avientes se usa las falacias ya sea en un aviente político laboral familiar ect epr casi todo el tiempo un falacia es una cosa que no es verdad pero que al igual lo parece según el tema de lo que se trate.
DESARROLLO
Una falacia (del latín fallacĭa), significa conforme al diccionario de la Real Academia Española, un engaño, fraude o mentira con el que se intenta afectar a alguien.
Dentro de la lógica, dícese de razonamientos falaces en un silogismo refiriéndose a la argumentación de naturaleza mentirosa. Su uso, no implica que la conclusión a la que se llega sea falsa. Lo que lo hace falaz es la incorrección del razonamiento en sí. Todo razonamiento falaz es inválido, es decir que sus premisas no garantizan la verdad de su conclusión, pero en ocasiones pueden ser muy sutiles y persuasivas, y puede hacer falta mucha atención para detectarlas.
Falacias en los medios de comunicación y la política
Las falacias se usan frecuentemente en artículos de opinión en los medios de comunicación y en política. Cuando un político le dice a otro «No tienes la autoridad moral para decir X», puede estar queriendo decir dos cosas:
Usar un ejemplo de la falacia del ataque personal o falacia ad hominem, esto es, afirmar que X es falsa atacando a la persona que la afirmó, en lugar de dirigirse a la veracidad de X.
No ocuparse de la validez de X, sino hacer una crítica moral al interlocutor (y de hecho es posible que el político esté de acuerdo con la afirmación). En este último caso, la falacia consiste en evadir el tema, dando solo una opinión, no relevante, sobre la moralidad del otro.
Es difícil, por ello, distinguir falacias lógicas, ya que dependen del contexto.
Otro ejemplo, muy extendido es el recurso al argumentum ad verecundiam o falacia de la autoridad. Un ejemplo clásico es el ipse dixit (‘él mismo lo dijo’) utilizado en la Antigüedad para conservar intacto el pensamiento de Pitágoras. Un ejemplo más moderno es el uso de famosos en anuncios: un producto que deberías comprar/usar/apoyar solo porque tu famoso favorito lo hace.
Una referencia a una autoridad siempre es una falacia lógica, aunque puede ser un argumento racional si, por ejemplo, es una referencia a un experto en el área mencionada. En este caso, este experto debe reconocerse como tal y ambas partes deben estar de acuerdo que su testimonio es adecuado a las circunstancias. Esta forma de argumentación es común en ambientes legales.
Otra falacia muy usada en entornos políticos es el argumentum ad populum, también llamado sofisma populista. Esta falacia es una variedad de la falacia ad verecundiam. Consiste en atribuir la opinión propia a la opinión de la mayoría y deducir de ahí que si la mayoría piensa eso es que debe ser cierto. En cualquier caso muchas veces la propia premisa de que la mayoría piense eso puede ser falsa o cuando menos dudosa ya que, en muchos casos, dicha afirmación no puede ser probada más que con algún tipo de encuesta que no se ha realizado. En caso de ser cierto tampoco se justifica el razonamiento porque la mayoría piense eso. Se basa en la falsa intuición de que el pueblo tiene autoridad: «tanta gente no puede estar equivocada«. Se suele oír con frases del tipo «todo el mundo sabe que...», o «...que es lo que la sociedad desea», así como «la mayoría de los españoles sabe que..
Por definición, razonamientos que contienen falacias lógicas no son válidos, pero muchas veces pueden ser (re) formulados de modo que cumplan un modo de razonamiento válido. El desafío del interlocutor es encontrar la premisa falsa, esto es, aquella que hace que la conclusión no sea firme. Aplicación de los prejuicios: las falacias lógicas
Caballo de Troya utilizado en la película Troya (2004). Si se niega el antecedente, entonces se negará también la consecuencia.
Artículo principal: Lista de prejuicios cognitivos.
La falacia lógica es un modo o patrón de razonamiento que siempre o casi siempre conduce a un argumento incorrecto. Esto es debido a un defecto en la estructura del argumento que lo conduce a que este sea inválido. Las falacias lógicas suelen aprovecharse de los prejuicios o sesgos cognitivos para parecer lógicas. Cambiándose a veces, el error inconsciente o involuntario por una manipulación deliberada. Por eso, las falacias lógicas son los mecanismos automáticos más comunes para poner en práctica los sesgos cognitivos. Algunas importantes falacias lógicas que emplean los sesgos cognitivos se muestran a continuación. Véase también control social, control mental, propaganda, lavado de cerebro.
Las falacias se pueden clasificar de diversas maneras. Aquí se proponen estos cinco grupos:
Falacias formales: en ellas se comete un error en la aplicación de la lógica formal.
Errores al generalizar: partiendo de casos particulares se induce erróneamente una conclusión general.
Errores al determinar la causa y el efecto: se comete un error causal.
Falacias en la argumentación: son recursos dialécticos para engañar al interlocutor.
Otros tipos de falacias. Falacias formales
Argumento de la falacia: Asume que si un argumento es una falacia entonces su conclusión debe ser forzosamente falsa. Sin embargo, un argumento puede estar mal construido, pero la conclusión puede ser correcta de manera fortuita.
Ejemplo: "Dices que el coche está aparcado en la primera planta, pero yo creo que está en la tercera, así que debe estar en la segunda". Si se diese la casualidad de que estuviese en la segunda planta el razonamiento continuaría siendo falaz, ya que sería mera coincidencia. Que sea una falacia depende del razonamiento, no de la conclusión.
Afirmación de la consecuencia: Se comete al razonar según la siguiente forma argumental: Si A, entonces B; si B, entonces A.
Ejemplo: «La gente honrada (A) está en libertad (B). Yo estoy en libertad (B), así que soy honrado (A)». La primera premisa solo nos da información de qué pasará si se es honrado, pero no dice nada sobre que sucede si se está en libertad. Solo da información "si A". Puede no ser honrado pero estar en libertad por no haber sido descubierto y juzgado.
Negación del antecedente: Se comete al razonar según la siguiente forma argumental: Si A, entonces B; si no A, entonces no B.
Ejemplo: «Si estudio (A) aprobaré (B). No estudié (no A), entonces suspenderé (no B)». La primera premisa solo nos da información de qué pasará si estudio, pero no dice nada sobre que sucederá si no estudio. Solo da información "Si A". En este caso, no hay nada que impida aprobar en caso de no estudiar.
Ejemplo: «Si este gobierno sigue en el poder continuará la corrupción, así que votaré a la oposición para que no haya corrupción». Puede que la oposición también sea corrupta. Otras falacias
Non sequitur: Las razones dadas para soportar una afirmación son irrelevantes o no relacionadas.
Ejemplo:«Tengo miedo al agua, así que mi deporte será el puenting» o «me gusta conducir por eso me compro un Toyota». En cualquiera de los casos hacer puenting o comprarse un Toyota no depende directamente de la razón dada ya que hay muchos más coches o deportes que se han descartado sin que la razón dada sea relevante, puede producir auto-engaño por no aclarar los verdaderos motivos por los que se toma una decisión. Una manera de clarificar esta falacia es reorganizando el argumento para colocar la razón y la conclusión de manera que la incongruencia se haga evidente.
Ejemplo: «Me gusta conducir y por eso me compro un Toyota»; reordenando: «Me compro un Toyota porque me gusta conducir», algo que podría ser cierto o no pero que seguramente no era lo que se pretendía decir cuando se especificaba un Toyota.
Ejemplo:«Estamos en España así que pasaremos calor». Reordenando: «Pasaremos calor porque estamos en España».
Ejemplo: «Me gustan los aviones por eso hago paracaidismo». Reordenando: «Hago paracaidismo porque me gustan los aviones».
Ejemplo:«Ella no tiene hijos por eso no estoy de acuerdo con las prácticas educacionales de la profesora». Reordenando: «No estoy de acuerdo con la profesora porque ella no tiene hijos».
Falacia del punto medio o falacia del compromiso o falacia de la moderación: se genera al asumir que la conclusión más valida o certera es la que se encuentra siempre como compromiso entre dos puntos de vista extremos. La falacia se produce porque la verdad o certeza de idoneidad se basa no en los argumentos sino en premisas subjetivas (se subjetiviza la verdad o mentira de un hecho) de qué es lo que se ha considerado como extremo y qué se considere como punto medio y que se considere que éste es siempre cierto. Es posible que lo considerado como extremo es en realidad el hecho cierto. Esta falacia viene del hecho de que con frecuencia una posición intermedia o moderada suele ser correcta.
Ejemplo:«Algunas personas creen que Dios es poderoso y que todo lo sabe. Otras creen que Dios no existe. Parece ser razonable aceptar un término medio. Es decir, probablemente Dios exista pero no es siempre el más poderoso, el total omnisciente, ni el más bueno»
Ejemplo: «La Tierra está hecha principalmente de roca, y Júpiter de gases, así que Marte debe estar hecho de agua».
Ejemplo:«Quiero vender un ordenador por 500 €, pero en eBay me ofrecen 1 €, así que deberé venderlo por 250 €»
Ejemplo:«Las mujeres en Occidente no están obligadas a llevar burka, en cambio las mujeres en Oriente están obligadas a llevar el burka, por tanto, las mujeres de todo el mundo se las debería obligar a llevar pañuelo». Esta conclusión es falaz.
Recurso de probabilidad o apelar a la probabilidad: Es una falacia lógica que asume que porque algo es posible o probable, es inevitable que pase. Esta falacia es usada para provocar y promover la paranoia.
Ejemplo:«Hay muchos hackers que usan Internet. Por consiguiente, si usas Internet sin un cortafuegos es inevitable que tarde o temprano seas intervenido».
La idea lógica que hay detrás de esta falacia es que ya que la probabilidad es muy alta es mejor actuar como si esta fuera verdad. El hecho de que algo sea probable de ocurrir no es un argumento para atestiguar o verificar que ha pasado.
Dos errores hacen un acierto: Es una falacia lógica que ocurre cuando se asume que si un error es cometido, otro error podrá cancelarlo. La falsedad o equivocación en un comentario o acción no hace más necesario, loable o racionalmente prudencial realizar otro acto equivocado en represalia. Este tipo de falacia se reproduce en la ley de talión o en el ojo por ojo. Es debida a varios sesgos como sesgo de simetría, fenómeno del mundo justo. El problema no reside en saber qué se considera error o si se considera un error y un acierto la represalia. La falacia no está en la definición de las dos acciones iniciales sino en considerar que el resultado está definitivamente, por cancelación, ligado a un acierto o a un error. La idea de que un error es cancelado por otro viene de la semejanza o ilusión de serie que existe con las leyes físicas donde una fuerza en una dirección genera otra fuerza simétrica, de igual magnitud, pero en dirección opuesta. Sin embargo, la ley no se pronuncia sobre el acierto de la fuerza en un sentido y del otro, es decir, no se pronuncia sobre la idoneidad o finalidad de este comportamiento. Es decir, en física esto no se puede cambiar pero en los comportamientos sí y si una reacción diferente conduce a una mejor consecución de acontecimientos, esta debería tomarse. De esta manera muchos pueden encontrar argumentos para justificar que en defensa propia uno puede responder con violencia a la violencia pero no podrán ligar un resultado positivo debido solo a una cancelación de efectos. Es más, en la guerra fría, la amenaza nuclear en represalia a otra amenaza nuclear fue usada y aunque evitó la guerra creó una escalada armamentística. Es decir, ligar el resultado a un acierto debe hacerse con otros argumentos más que la pura cancelación de dos efectos nocivos. De otra manera, se pueden entrar en ciclos de violencia, acumulación de armas, escalada de desconfianza, y otros errores en incremento, cuando la otra parte usa la misma lógica.
Ejemplo:
Juan: Llamé a mi jefe y le llamé idiota. Puedo volver a llamar y llamarle idiota pero diciendo que soy Susana». Aunque el segundo hecho perjudicial puede aparentemente cancelar mi primer error no se puede asumir un acierto y salir sin problemas del atolladero. Se podría hacer lo correcto y disculparse y quizás el resultado hubiera sido también acertado. La cuestión es que tanto lo uno como lo otro no liga a un resultado si no hay argumentos que lo apoyen como la personalidad de tu jefe, confianza con él y otros argumentos.
Falacia del costo irrecuperable o falacia de la concordia: Esta falacia se produce cuando alguien realiza una inversión que parece ser no rentable y razona de la siguiente manera: «No puedo parar ahora, de otra manera lo que he invertido hasta el momento se perderá». Esto es verdad, por supuesto, pero irrelevante para la decisión de si uno debe continuar invirtiendo en el proyecto. Es decir, los argumentos para seguir invirtiendo en el proyecto no se deben basar en el miedo a la pérdida de lo invertido sino en las expectativas de funcionamiento del proyecto ambas cosas totalmente independientes. Si no hay esperanza de ningún éxito para la inversión, entonces, el hecho de que uno haya ya metido un montón de dinero y esfuerzo no justifica tener que seguir perdiéndolo para no afrontar el error inicial. Esto se da en las personas que no saben o pueden claudicar, por el prejuicio existente de que si se pone toda la energía en algo serán capaces de vencerlo. Sin embargo, siempre puede haber un factor desconocido o variable desconocida que podría llevarles
al fracaso indefinidamente o irremediablemente. Esta falacia se constata en que estas personas creen ser capaces siempre de aprender o hallar este factor cuando la operación lógica sería parar y una vez aprendido comenzar. Continuar invirtiendo en un proyecto que no funciona no depende de lo invertido sino de la esperanza o estimación de éxito justificada o de la importancia del mismo para otros factores independientemente de los resultados a corto plazo. Ejemplo: Todos sabemos que vamos a morir. Luchar por la supervivencia tiene sentido aunque inevitablemente se fracase. La supervivencia es importante para otros objetivos secundarios como la reproducción, la superación, aprendizaje y otros valores que subjetivamente consideremos secundarios y que no tengan que ver necesariamente con la propia supervivencia pero que dependan directamente de ésta. Ejemplo: Supongamos que una relación no funciona y que es evidente que dicha relación es considerada temporal. La inversión en esta relación podría estar justificada por los objetivos o beneficios secundarios que pueda generar. El límite o punto en el
Las falacias se usan frecuentemente en artículos de opinión en los medios de comunicación y en política. Cuando un político le dice a otro «No tienes la autoridad moral para decir puede estar queriendo decir dos cosas. Se genera al asumir que la conclusión más valida o certera es la que se encuentra siempre como compromiso entre dos puntos de vista extremos.

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